Las aulas del segundo ciclo, acogen a grupos mixtos conformado por ratios reducidas no superiores a quince niños por aula, con edades comprendidas entre los tres y los seis años de edad. El grupo está acompañado desde el amor y respeto por su maestra tutora y una ayudante que garantizan la individualidad de cada infante en cada momento.
Sólo una atención individualizada hace posible el pleno desarrollo físico, afectivo, social e intelectual del pequeño o pequeña.
El aula contiene un ambiente hogareño como espacio educativo que propiciará un sano desarrollo de los niños, un ambiente óptimo para estimular el aprendizaje, el juego libre y la imitación, facilitador para que los niños y niñas puedan sacar aquello que cada uno trae de especial y mostrarlo.
La adaptación para un niño o niña, en un entorno y personas nuevas, puede ser un momento delicado. Es por eso que desde la pedagogía Waldorf cuidamos mucho este periodo, apoyándoles en la separación temporal de sus seres más queridos, y ayudándoles a su unión con la maestra, el grupo de compañeros y la escuela en todos sus aspectos.
La duración de cada adaptación, la marcará el infante en base al tiempo que necesite, respetando siempre sus necesidades. Durante este proceso serán acompañados por una de sus figuras afectivas.
El ritmo es un elemento vital en nuestro aprendizaje. Hay que tener en cuenta que el niño o niña tiene una conciencia del tiempo muy diferente a la de un adulto, y los más pequeños van incorporando este concepto gracias al ritmo. El ritmo les ayudará a entender que cada cosa tiene su momento. Estructuraremos el ritmo diario con un equilibrio saludable de experiencias: unas de concentración, como el cuento, el momento del desayuno, o las actividades artísticas y cotidianas; y otras de expansión, como el juego libre y las canciones.
A través del ritmo conseguiremos un desarrollo sano del desarrollo motor, del lenguaje de las habilidades afectivas, sociales y cognitivas.
