La Pedagogía Waldorf se caracteriza por proporcionar una base que cuida y alimenta el sano desarrollo integral del niño.
Para la Escuela Waldorf, la adquisición de habilidades y conocimiento debe estar en función de la evolución de los niños, y no al contrario.
En estos primeros años, el juego imaginativo y creativo constituye el fundamento para la aparición posterior del pensamiento abstracto y de facultades racionales más complejas. Dicho de otro modo, en estos primeros años jugar parece ser la actividad más seria que se puede realizar.